Graham, es un hombre británico que un día se despertó convencido de que no estaba vivo. Estaba muerto, no,  era un zombi, ya que estaba consciente de que respiraba.

Graham, ha sido diagnosticado con una extraña enfermedad mental denominada Síndrome de Cotard, comúnmente llamada síndrome del cadáver caminante. Según los médicos la enfermedad hace creer a la gente que la padece que está muerta o que se ha convertido en zombi.

Graham, sufría de depresión profunda, hasta que un día intento suicidarse introduciendo un electrodoméstico encendido en la bañera con el dentro. No murió pero desde entonces insistía en que su cerebro “esta muerto”.

“Perdí el sentido del olfato y del gusto. No tenía sentido comer porque estaba muerto. Era una pérdida de tiempo hablar, ya que nunca tenía nada que decir”, describía Graham en un artículo publicado en la revista New Scientist, llegando incluso a querer instalarse en el cementerio ya que “sentía que tenía que estar allí. Era lo más cerca que podía estar de la muerte“.

Steven Laureys, científico que estudia el caso, revela que la función del cerebro de Graham se asemeja a la de una persona durante la anestesia o el sueño. Según Laureys el Síndrome de Cotard, es una enfermedad sumamente rara y afecta solamente a unos cientos de personas en el todo el mundo.