Una anciana China de 95 años de edad fue encontrada “muerta” en su cama.  Aunque en principio se pensó que estaba dormida, se le practicaron numerosos intentos de reanimación, todos sin éxito.

Tras examinarla notaron que su temperatura corporal era de 36.5 grados centígrados, pero no presentaba signos vitales positivos, por lo tanto fue dada por fallecida.

Sus familiares, iniciaron los preparativos para el funeral. Según la tradición China, el ataúd con el fallecido debe permanecer en la casa de la familia varios días, para que los familiares y amigos del difunto puedan despedir sus restos.

El día anterior al entierro, la nieta descubrió que su abuela ya no se encontraba dentro. Sorpresivamente la anciana fue encontrada cocinando en la cocina.

Ante el asombro de la familia y amigos, la anciana comenta:

“Dormí por mucho tiempo. Después de despertar sentí mucha hambre y vine a cocinar algo para comer. Tuve que empujar mucho la tapa del ataúd antes de poder salir”.

Aparentemente la anciana sufrió “una muerte artificial”, en donde se pierden signos vitales, pero se mantiene la temperatura corporal.